22.12.09

No quise
retenerlo,
¿de qué
hubiera
 servido 
deshacer

las
 maletas del 
olvido? 
Pero no sé qué diera por tenerlo
 ahora mismo mirando por encima de mi hombro
 lo que escribo. 
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa, 
a cambio de sus besos y su prisa; 
con el descubrí que hay amores eternos 
que duran lo que dura un corto invierno.

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